
Taj Mahal
Reina vital
Prosa poética para Antología Unión Hispanoamericana de escritores.
21- 02- 2011
Has llamado la atención de tu rey dormido, con tu voz armoniosa, estás emanando desde un lugar sagrado, tras un velo transparente, naces a la vida y vienes bajando las escaleras de tu propia montaña, bailarina generosa vas dando vueltas y vueltas en círculos, lugar diseñando especialmente para ti de piedras de jade, rubíes y esmeraldas, para ser pisados por tus adorables pies benditos. Y tu rey se va levantando lentamente de su pesadilla y te contempla extasiado…
Toda tu figura bañada por la luna, y resplandecida por piedras preciosas vas regando a tu paso. Todo tú cuerpo danzando en plenitud, tus espaldas doblegadas al ritmo de cascadas, sones de cítaras, flautas, laudes y, tambores; voces roncas de hombres que te acompañan en tu camino; y el eco de tu ondina voz es escuchada con atención por el rey quien tiembla, su corazón late, casi se escapa del pecho, y en sus fantasías, sueña bañarse en tus aguas, beberte, saciar su sed de hombre rey, por toda una eternidad.
Tú seno altivo convertido en mares, tú vientre en océanos, tus piernas y brazos en ríos y lagos, y vas besando los pies, de tus amados súbditos. Cuando las demás concubinas te celan, te vuelves hielo eterno, y cuando duermes demasiado, el sol entibia tú delicada piel, te viste de suaves lienzos y viajas etérea vestida de linos grises, a veces de sedas negras, viajera a los más lejanos parajes, donde ha pasado el tiempo y el desierto te llama con voces de ultratumba, y riegas abnegada las arena calientes. Y en una noche de tormenta, la vida quieta de vuelve germinadora y en pocas horas, las flores nacen y el páramo se vuelve vergel dorado, rosa, anaranjado; pétalos bermejos se ven a gran distancia y el sol alumbra toda tu potestad.
No debemos olvidar cuando bajas rauda la montaña y los pasos largos de tu baile te hacen jadear, muchas veces tambalear, porque te han hecho de tus edenes, un espeso lodo y tu voz grita: ¡No más!, y desesperada nos regañas, nos enseñas y dices: “Recuerden soy la vida que entra en su templo y restablece los tonos de su piel y cabellos y le da energía a sus corazones”. “Escuchadme, debo ser restablecida en el amor eterno fui creada. Yo quiero pensar, mi rey ha escuchado mi lamento…”
Es por eso eres la preferida del rey, porque eres sabia, amorosa, casi divina.
Él te ha construido un sitial para recordar tu vitalidad, germinadora de vida y estás ahora dentro del amurallado castillo, Taj Mahal, de muros color lapislázuli, donde puedas deslizarte reina en el espacio sideral, viva después de la muerte, ser honorada, respetada. Él con cuidadoso esmero cuida de tu constante danza, de tú brillo lumínico, de tú mirada cristalina y te sigue contemplando extasiado como te reflejas en el espejo de los cielos y cae tu resonancia a sus pies descalzos, y te ama, ¡no sabes cuánto! , hasta las últimas gotas del océano, sean alzadas por el viento.
Patricia Araya