A Carlos Garrido Chalén
SR. SAUCE LLORÓN
Siempre he creído eres reminiscencia fraterna de los arboles, a veces mimetizado como un Álamo por lo alto de tu sentido poético, muy seguro de si mismo, valiente, si la naturaleza del verbo lo permite.
Tu voz solitaria y entusiasta genera una naturaleza artística única e irrepetible y hace que asumas una postura muy seria cuando das vida a una nueva creación.
Tus palabras son como Abedules de voz vivaz, atractiva y sencilla, siempre apasionada aborreciendo los excesos y en excelencia imaginación, creando una atmósfera de calma y admiración.
El misterio del adjetivo es como un árbol Abeto, con extraordinario buen gusto, muestras la belleza de la palabra con modestia y dignidad. Los talentos demostrados muchas veces insatisfechos y muchos amigos alabando tus creaciones, pero también de muchos enemigos.
La mente siempre abierta llena de emotividad, original, siempre surcando nuevos ríos para renovar la creación. En eso te pareces al árbol La Haya, porque en fortaleza son emparentados con los Robles y los Castaños, porque pueden dominar con donaire las zonas boscosas del mundo de la palabra.
Todo el numen creador saliendo de tu alma, puede venir directamente del Castaño, alimento, abundante, la esencia del bosque apareciendo como único, ejemplar. Su maestría es combustible para su mejor aprovechamiento. Muchos de tus Castaños, pueden ser encontrados a nivel del mar, como en tierra firme y en altura como un cóndor sobre la montaña.
Tus libros son como un árbol de Manzano, de contextura de mucho carisma, atractivos, de un aura agradable, llevan el signo de quien sabe amar y ser amado. Compañero fiel, cuando el amor es noble, e infiel cuando despreocupa su imaginación.
Yo te asumo en un lugar, entre los dioses, mas arriba en la copa de un Cedro, con un tronco fornido de más un metro de diámetro. La corteza de este gigante, de fisuras y firmas de un bate que dispara semillas encapsuladas de poética alada. En la madera escritos de rojizo a moreno claro, letras muy finas incrustado su nombre, Carlos Garrido Chalén.
Me despido de tu Olivo, que ama el sol, de cálidos y tiernos mensajes que provienen de un ser equilibrado, que ama la paz y la no violencia y respeta a su contraparte la mujer, por sobre todas las cosas.
Con un abrazo fraterno y un adiós generoso, siempre seré tu árbol Ciprés, que no descansa por describir lo indescriptible con alma artística apasionada y sincera.
Feliz cumpleaños.
Patricia Araya
Respuestas a esta discusión
ReplyDeleteMaría Isabel Zelaya Vínculo de el octubre 2, 2010 a las 11:07am
Tus emotivas palabras en donde comparas al gran Carlos con los más bellos árboles, lograron que las selvas de mi alma se congratulen con tu aporte. ¡Gracias, poeta!
Nenfa Vínculo permanente el octubre 6, 2010 a las 9:08am
ReplyDeleteMuy emotiva y cálida comparación_ poeta_árbol.
Gracias
Abrazos
Patricia Araya Respuesta de Hace 12 horas
ReplyDeleteGracias por el premio “LA ESTELA DEL CÓNDOR” a mis letras
Felicidades al homenajeado y a UEH
Patricia Araya
JOSE RAMIRO FLOREZ MENDEZ Vínculo permanente Respuesta de JOSE RAMIRO FLOREZ MENDEZ Hace 54 minutos
ReplyDeleteExcelente poema Patricia, felicitaciones
lucia gomez Comentario de lucia gomez Hace 1 hora
ReplyDeleteFelicitaciones, un gran escrito para un premio merecido. Un abrazo. LUCIA