Tuesday, September 18, 2012

Laberinto fractal

Estoy como una flor reseca por el tiempo sobre un libro de poesía, letras en un pergamino con aromas a tristeza, quizás dolor, por no entender porque te fuiste fuera de los umbrales de la claridad, y te marchaste perdido en la oscuridad de la  incomprensión, allá vas quedando en la lejanía, manos atadas para poder volverte a tus cabales.

Me has dejado en una isla arbolada con distintos laberintos donde camina mi alma en pena. Todo parece tan distinto, estoy como árbol movida por el viento, y a la vez viajo en el viento para poder encontrar el camino de la paz anhelada.

La imagen que tengo de mis pasos junto a los tuyos es como un ojo en el medio de un mar inmenso, con olas que suben, bajan, hasta que de sopetón, navego  manchas de tristeza y oscuridad. Toda yo dentro de un gran espacio llamado incomprensión, vago en caminos de agua sobresaltada y confusa, si alguien mirase desde el espacio, es tan grande este lugar que yo no soy nada, sino un grano de arena que se escapo de su playa.

Toda yo dentro de un ondulante paisaje marciano, con sus caminos interminables, cumbres delatadoras de vértigo e incertidumbre. En un lugar que mi memoria no puede recordar. Me pregunto quien eres, quien soy yo, porque crees ser el dueño de mis actos, de mi memoria tangente, que hace que te vayas irremediablemente hasta el horizonte colindante con la enajenación, tampoco puedo concederte libre acceso a mi fractal, es mío concebido por obra y gracia.

Aquí quedo con la tranquilidad que nunca mas agitaras mis aguas a tu antojo, aquí quedo en un flujo cercano, dibujando cuatro líneas, los cuatro puntos cardinales, a la espera de encontrar mi horizonte perdido.

Quedo en este laberinto sobre un gran hombre tumbado, mientras espero, una lluvia de luz me alumbra el camino, me da energía para sobrellevar este tiempo sin ti. Quedo en esta huella gigante, trazo torcido que me tenia la vida en los años que mas necesitaba estar bajo tu cobijo, y tu bajo el mio.

Fractal de mi vida, cuan difícil fue vivir a tu lado, con tanta marea espesa por donde deslizarme, siempre me vi derruida. Tu carácter de grandes colinas y el mio de tan pequeños montículos que nunca pude soslayar.

Paleta de pintor laberintico, diseño de soles ardientes y lunas nevadas aquí espero la gran pincelada, diseñes el camino que pueda sacarme de la encrucijada donde me dejaste divagando, puedas dibujar la acacia de mi vida en total armonía con tu alma y el cuadro pueda ser al final del todo, un doble fractal radiante.

El lazo no se rompe del todo, mientras espero la sanación,  escribo, te escribo y me hundo en el laberinto de mis propias palabras.

Patricia Araya

MIL POEMAS A CÉSAR VALLEJO POR PATRICIA ARAYA


AVE TUNQUI
A César Vallejo Mendoza
Ave tunqui
con su colorido atuendo,
detenido en el árbol verde profundo,
ave pecho turgente,
vuelo creación auténtica;
nombre trazado en la cima
de presencia misteriosa,
surcando nido de cóndores.
Ave Fénix protectora;
entre arcilla reseca
y la gran selva húmeda
posados tus pies en tierra firme;
más abajo el océano
en espera, el horizonte
atraviese por los cielos
la puna de pastizales
llevada, acarreada sobre alas;
alma esparcida, silenciosa
imagen trazada en el ribazo
grulla con alma adolorida,
efigie triste dulce,
deletreado en jeroglíficos.
En sus recuerdos pictogramas
polvo de estrella añoranzas,
pluma trotamundos,
gravitación cósmica,
prodigioso celeste
ofrenda de luceros;
rodeado de rituales,
luz fulgurante en los abismos,
más allá de las nubes,
conquistador del Olimpo
arribando dios cansado
reflejo de tu morada dolorosa…
Sol, luna, universo
contemplan, declaman,
develan sus signos
descifran tunqui en la roca,
y reaparece ave paraíso
plumaje exuberante imperecedero
vate por siempre alas ancestrales.
Quedaste desafío amurallado,
César adosado a la arcilla,
céfiro Cordillera nativo
nave dolor humano en soledad
rumbo etesio tus alas,
talante glorioso tu canto,
antemural de los vientos.
Patricia Araya

MIL POEMAS A MIGUEL HERNÁNDEZ POR PATRICIA ARAYA


MIL POEMAS: POEMAS QUE VUELAN

A MIGUEL HERNÁNDEZ-

Por Patricia Araya

Que tu espíritu vuele tan alto, el sonido de sus aleteos sea de una  flauta en resonancia en un día calmo. El ave vuele hacia la montaña, cubra los cielos y el infinito. Toda bruma pasada y dolorosa se disipe, genere un paisaje de comprensión, perdón y hermandad.
Haya conjunción de luz, sol, estrellas, círculo de amor, alineamiento poético, y tu ave esté en el centro de esta galaxia de amor.
hato de cabras que estuvieron cuidadas por tu atenta mirada, sean ellas quienes nos contemplen agradecidas desde el cielo, una a una enlosadas en ternura, su mirada atenta, cuidando que esté toda tu poesía generando pastar inconmensurable en tu nombre.
Que nuestra madre poesía, todo lo abarque, en genuino amor fraternal, sanando, santera sus aguas sanadoras, y deje libre tu poesía, vaya saltarina por los ríos, enmarcada por un paisaje verde esperanza, fluya como una vertiente, provoque una unción de creaciones, unidas en hermandad de poetas, formen un poemario de mil poemas, todos cantando el mismo canto, nuestras letras cascadas, cataratas, que baje la montaña, poemas a raudales, naden por todos los ríos del mundo, generando un mar de solidaridad, pendón de la hermandad, en estos momentos de crisis, violencia e inestabilidad económica en tantos países hermanos, llegue y ondee la bandera de la humildad.
Poesía generadora lumbre, poesía amante de la belleza genuina, numen creador, flauta en su boca, armonizando al hombre, poesía que va levantando arboles caídos, y en este espíritu germinador vaya Miguel Hernández, sobre un caballo blanco, loco de alegría, su ave sobrevolando los cielos de cada escritor participante en esta ofrenda de señorío y confraternidad
Vuela águila, halcón, ave mítica, vamos todos los poetas corriendo tras sus huellas, palafrén, lobo, energía del universo, fortaleza en un solo corazón, latiendo al unísono, en aras de un solo ideal, la paz del mundo.
Ella, tu poesía, va vestida de pieles, joyas, luz solar, madre loba, y en su aullido nos reúne a todos sus hijos, en un paisaje de escritura sagrada, cabalgando por la inmensidad, no hay guerrero más fuerte que el que ofrenda la paz.
Aquí quedan mis letras con mi corazón adosado al boyuno españolado de tu poesía; unidas las manos a otros escritores que como yo hacemos justicia con el alma, con el arma de nuestras letras, en calma, en razón de vivir, dando, lo mejor, escribiendo a otra alma que nos troca e inspira…
¡Vamos poetas del mundo!, Miguel reverbera, arcoíris en nuestras letras, un mar de letras, un bosque de letras, un árbol llamado Miguel Hernández, plantado en su pueblo Orihuela, verde paz, luz de luna, ave en un baño de amor…
¡Que absoluto portento debe sentir Miguel, que total su dicha!, vernos abrazados, nuestras miradas hacia lo alto, él  mirándonos hacia abajo,  no moriremos en vano, nuestras letras como un sol y nosotros proyectados mas allá de la simiente de la vida y un Alfred Asís, como un predestinado, un hortelano de la paz, señalándonos el camino.
 “Solo quien ama vuela” dijo: Miguel Hernández.
Gracias a mil poemas a Miguel Hernández…mis letras son aves y vuelan para siempre.